En cuestión de drones aún parece que queda
mucho por ver. A creaciones como los Nixie que se acoplan en la muñeca, la Lily
Camera que vuela de forma autónoma siguiendo a quien lleve puesto su
dispositivo de seguimiento, o los Fotokite que vuelan atados con una correa
para que literalmente no se escapen, se suma ahora el PowerUp FPV, un
drone-avión de papel (y fibra de carbono) que en menos de un mes se lanzará en
Kickstarter.
Los antecedentes
En 2011 se puso a la venta un dispositivo
minimalista para propulsar aviones de papel, el PowerUp. Constaba de un
condensador capaz de almacenar energía suficiente para mover una hélice durante
90 segundos. Este sistema propulsor en fibra de carbono se podía acoplar a un
avión de papel para proporcionar el empuje necesario para mantenerlo en vuelo
más tiempo del que podría volar con el mero impulso del brazo.
En 2013 se anunció un sistema mejorado, con un
sistema de control remoto a través de una app para smartphone y conectividad
Bluetooth, que más tarde se convertiría en un proyecto en Kickstarter y en
junio de 2014 se puso a la venta.
Uno de los objetivos establecidos en la hoja
de ruta de PowerUp 3.0 en Kickstarter era integrar una cámara para grabar fotos
y vídeos en una tarjeta SD, pero solo si se alcanzaban 2 millones de dólares de
financiación. Así que esa funcionalidad se quedó fuera. PowerUp v3.0 tiene una
autonomía de 10 minutos, control direccional y un alcance de unos 55 metros.
Paralelamente, en agosto de 2015 tuvo bastante
repercusión mediática una noticia relacionada con el PowerUp 3.0 y su uso como
drone comercial. Un abogado en Estados Unidos solicitó a la FAA (Federal
Aviation Administration) y un poco a modo de experimento, el permiso
correspondiente para operar comercialmente con él bajo el supuesto de querer
hacer grabaciones aéreas de imagen y vídeo. Lo consiguió, y de paso confirió a
este juguete la categoría de aeronave, lo cual no deja de tener un tanto de
ironía.
El FPV consiste en un módulo electrónico, que
se coloca en la parte frontal del avión de papel, un marco de fibra de
carbón/nylon, y dos hélices en la parte trasera, en donde todo esto se coloca
en la parte delantera del avión. La cámara tiene resolución VGA a 30 cuadros
por segundo. El módulo frontal contiene un giroscopio de tres ejes, una brújula
y un acelerómetro, además de un barómetro, una antena WiFi y una tarjeta
microSD para guardar el video grabado. La batería de 550 mAh se puede quitar y
permite una autonomía de unos 10 minutos de vuelo por carga.
El usuario controla el avión y lo que está
viendo en el video en tiempo real a través de una app en su teléfono, a una
distancia máxima de unos 91 metros. Esto puede hacerse a través de una interfaz
táctil o bien moviendo el teléfono de lado a lado. Esta opción podría ser
montada en un dispositivo de realidad virtual como el Google Cardboard y el
usuario podría controlar el avión simplemente moviendo la cabeza. Suena
increíble e ingenioso ¿verdad?
PowerUp será lanzado en una campaña en
Kickstarter en noviembre, buscando fondos para iniciar la producción. Si tienen
éxito, el kit estaría disponible para el siguiente verano (en Estados Unidos y
Canadá).
Fuentes: Xataka, Unocero
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