Xiaomi estrena smartphones de gama alta. El precio y las especificaciones de los nuevos 11T y 11T Pro reflejan con claridad que estos teléfonos móviles apuntan alto, especialmente este último debido a que sus características son un poco más ambiciosas. Y es que estos dos recién llegados pretenden abrirse paso a codazos en un segmento en el que para diferenciarse a menudo es necesario hilar muy fino.
Hemos tenido la ocasión de probar con cierto detenimiento el modelo más avanzado de los dos, el 11T Pro, y aunque estamos preparando un análisis más profundo que publicaremos tan pronto como lo tengamos listo, en estas primeras impresiones podemos anticiparos buena parte de las sorpresas que nos depara este terminal. Y algunas son jugosísimas.
No obstante, antes de meternos en harina aquí tenéis unas pinceladas que nos permiten intuir con bastante claridad qué nos propone el nuevo 11T Pro. Su pantalla con panel AMOLED de 120 Hz y compatibilidad con contenidos Dolby Vision, su procesador Snapdragon 888 refrigerado con una cámara de vapor, sus 8 GB de memoria principal LPDDR5, su batería de 5000 mAh y su triple cámara trasera nos anticipan que estamos delante de un gama alta en toda regla. Así le ha ido en nuestra primera toma de contacto.
Xiaomi 11T Pro: especificaciones técnicas
Su diseño continuista no nos ha enamorado, pero nos ha dejado un buen sabor de boca
Las fotografías que ilustran este artículo no dejan lugar a dudas acerca de lo mucho que se parece el diseño de este smartphone al de los últimos terminales de gama alta que ha lanzado Xiaomi, como el Mi 11 o el Mi 11 Ultra. Eso sí, su módulo de cámaras, como veremos más adelante, no es tan aparatoso, ni tan marciano, como el de este último teléfono móvil, que, sorprendentemente, también incorpora en él una peculiar pantalla secundaria.
Con frecuencia los últimos smartphones de una misma categoría de cualquier fabricante se parecen, pero este continuismo merma la capacidad de sorprendernos que tiene el nuevo 11T Pro. Este teléfono móvil no tiene los marcos más finos, y tampoco es el más estilizado, pero su diseño es lo suficientemente refinado para encajar perfectamente en una gama alta en la que, como he mencionado unas líneas más arriba, para diferenciarse casi siempre es necesario arriesgar y romper con el continuismo.
En la siguiente fotografía de detalle podemos ver que la cámara frontal no pasa en absoluto desapercibida. Hasta hace muy poco tiempo esto no era en absoluto un problema, y, de hecho, nos consta por vuestros comentarios que muchos usuarios prefieren las cámaras integradas en la pantalla de esta forma que tener un notch.
Las cámaras bajo la pantalla se están abriendo paso poco a poco. Para nosotros este es el camino a seguir
Sin embargo, poco a poco estamos presenciando que las cámaras bajo la pantalla se están abriendo paso, y lo cierto es que después de haber comprobado lo bien resuelta que está la cámara integrada en la pantalla principal del Galaxy Z Fold3 5G de Samsung creo firmemente que este es el camino a seguir.
El módulo de las cámaras impone su presencia en la parte trasera de este smartphone, algo, por otro lado, que es habitual en la mayor parte de los terminales, especialmente si son de gama alta e incorporan tres o más cámaras. Xiaomi ha revestido el panel AMOLED con una lámina de vidrio Gorilla Glass Victus, pero no nos ha indicado qué protección ha utilizado en la parte trasera de este teléfono móvil (probablemente será una versión diferente del vidrio fabricado por Corning).
En la siguiente fotografía de detalle podemos ver que el módulo de las cámaras sobresale varios milímetros de la parte trasera de este smartphone. A medida que las cámaras se han ido haciendo más sofisticadas y han aumentado en número hemos sido testigos del imparable crecimiento y abultamiento de este módulo. Confiemos en haber tocado ya techo porque, de lo contrario, dentro de poco parecerá que a algunos móviles les ha salido una joroba. El abultamiento de este 11T Pro no es exagerado, pero, desde luego, tampoco pasa desapercibido.
El mecanizado del marco metálico de este smartphone es impecable, lo que contribuye a que en mano transmita una sensación de solidez muy notable. Sin embargo, hay un detalle que, en mi opinión, tiene margen de mejora. En la siguiente fotografía de detalle podemos ver que la inserción de la lámina de vidrio Gorilla Glass Victus en el marco metálico está confinada en un segundo marco de color negro.
La ausencia de elementos estructurales que hacen las veces de intermediarios estiliza. El diseño de este smartphone habría funcionado un poco mejor sin el marco intersticial
Este elemento da a este móvil un aspecto menos refinado y transmite la sensación de que su acabado no está del todo pulido, por lo que creo que habría sido preferible que el vidrio encajase directamente en el marco de aluminio periférico. La ausencia de elementos estructurales que hagan las veces de intermediarios estiliza, y, honestamente, creo que el diseño de este smartphone habría funcionado un poco mejor sin este marco intersticial.
Su pantalla AMOLED convence, pero lo que enamora es la carga de 120 vatios
La pantalla de este teléfono móvil es fantástica. Basta echar un vistazo a sus especificaciones para darse cuenta de que promete. La resolución de su panel AMOLED de 6,67 pulgadas no impresiona (tiene 2400 x 1080 puntos), pero trabaja a una frecuencia de refresco de 120 Hz; tiene una capacidad de entrega de brillo típica de 800 nits, que asciende a 1000 nits de pico cuando el contenido o la luz ambiental lo exigen (según Xiaomi); y, por último, su relación de contraste nativo es tan alta como podemos esperar de un panel AMOLED: 5 000 000:1. Como veis, no está nada mal.
Más allá de sus especificaciones lo realmente importante es comprobar cómo rinde esta pantalla en un escenario de uso real, y lo hace muy bien. Una de sus cualidades más evidentes es que sale muy bien calibrada de la fábrica, lo que demuestra que Xiaomi se ha puesto las pilas en este ámbito. Sus móviles de gama alta de anteriores años no salían de la línea de producción tan bien afinados como este. Además, su capacidad de entrega de brillo da la talla en espacios con mucha luz ambiental. Rinde bien incluso cuando el sol incide directamente sobre la pantalla, y esto no es habitual, ni siquiera en los terminales prémium.
Por otro lado, el procesador Snapdragon 888 de este smartphone mueve la interfaz de MIUI 12.5, que es la capa de personalización que Xiaomi ha colocado sobre Android 11, con una fluidez absoluta. Y la latencia que debemos soportar cuando lanzamos apps y saltamos de una a otra es mínima. Ya hemos analizado varios teléfonos móviles de gama alta que incorporan este chip (algunos de la propia Xiaomi, como el Mi 11 Ultra), y nos ha demostrado que es una pequeña bestia. Aun así, en nuestro análisis a fondo del 11T Pro le buscaremos las cosquillas.
En lo que se refiere a la calidad de sonido este móvil tiene un buen nivel. Xiaomi asegura que sus ingenieros han trabajado codo con codo con los técnicos de Harman Kardon para afinar y ecualizar el audio que nos entrega. Desde fuera es difícil identificar el alcance que han tenido las aportaciones de esta última empresa, pero lo cierto es que los altavoces de este smartphone consiguen alcanzar un nivel de presión sonora considerable sin que la distorsión se desmande. Y no es fácil hacerlo cuando cuentas con unos altavoces minúsculos que se ven obligados a entregar unos graves lo más dignos posible. Además, al igual que muchos otros móviles de gama alta, este 11T Pro virtualiza sonido Dolby Atmos.
Y, por fin, llegamos a la que sin duda es una de las bazas más contundentes de este móvil: su velocidad de carga. Xiaomi nos entrega junto a él un transformador de 120 vatios que en nuestras pruebas ha conseguido cargar su batería de 5000 mAh del 0 al 100% en tan solo 24 minutos. Es una auténtica pasada.
Según Xiaomi después de 800 ciclos de carga completos la batería de este móvil mantiene al menos el 80% de su capacidad original
Pero lo mejor de todo es que basta conectarlo a la corriente eléctrica 5 minutos para sumar entre un 35 y un 40% de carga adicional, lo que nos puede sacar de más de un apuro. Un apunte importante en este ámbito: Xiaomi asegura que la batería de doble celda de este terminal nos garantiza 800 ciclos de carga con una degradación inferior al 20%. Esto significa, sencillamente, que después de esos 800 ciclos de carga completos la batería mantendrá al menos el 80% de su capacidad original.
Un apartado fotográfico con muchas luces y algunas sombras tenues
Los responsables de la filial española de Xiaomi son honestos. Durante la presentación de este smartphone reconocieron que el marketing ha sido un factor importante a la hora de decantarse por el sensor de 108 megapíxeles que incorpora la cámara principal de este móvil.
No obstante, esto no significa en absoluto que no sea una buena elección; significa, sencillamente, que son conscientes de que algunos usuarios eligen el terminal que tiene más megapíxeles. Eso es todo. La óptica que trabaja en tándem con este captador tiene un valor de apertura f/1.75.
La cámara ultra gran angular se apoya en un sensor de 8 megapíxeles y una óptica con valor de apertura f/2.2. Su ángulo de visión (FOV) es 120º. Y, por último, la tercera cámara del módulo alojado en la parte trasera de este teléfono móvil recurre a un captador de 5 megapíxeles y a una óptica con valor de apertura f/2.4.
Según Xiaomi esta cámara es capaz de enfocar automáticamente a una distancia mínima de 3 cm debido a que, entre otras cosas, es la responsable de tomar las capturas en modo macro. Más adelante, en esta misma sección del artículo, comprobaremos cómo rinde.
Y, por fin, ha llegado la hora de comprobar cómo rinden las cámaras traseras de este smartphone en un escenario de uso real. En la primera fotografía no se lo hemos puesto difícil porque el contorno del objeto en primer plano es abordable y la luz ambiental abundaba. En cualquier caso, como podemos ver, el desenfoque de fondo es uniforme y el nivel de detalle del sujeto en primer plano es alto. Primer punto a favor del 11T Pro.
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