Los Smartwatch y pulseras inteligentes han llegado a nuestras vidas para quedarse. Basta con echar un vistazo alrededor para darnos cuenta de que ada vez más personas lucen uno en sus muñecas. Por ello, no es de extrañar que estas pulseras vayan evolucionando cada vez más e incorporando tecnología novedosa.
Ese el caso de los pulsioxímetros. Y es que, algunas compañías como Garmin, o más recientemente Huawei en sus Honor 5, han ido incorporando la presencia de un pulsioxímetro. Pero, ¿qué es exactamente? ¿Qué aporta a estas pulseras inteligentes? y, sobre todo, ¿resulta fiable?
Qué son los pulsioxímetros
Es posible que conozcamos los pulsioxímetros como esos aparatos utilizados por los médicos para monitorizar nuestros niveles de oxígeno en sangre. Habitualmente, este aparato se coloca en el dedo y nos informa de cuánta sangre oxigenada están enviando nuestros pulmones a nuestro cuerpo.
Un de las cosas importantes de estos pulsioxímetros médicos es que miden la longitud de onda por medio de un infrarrojo. En base a la forma en que la luz infrarroja pasa por nuestro dedo el dispositivo puede analizar nuestro nivel de oxígeno en sangre. Por ello es recomendable que se coloque en una parte del cuerpo translúcida, como los dedos o el lóbulo de la oreja.
Los pulsioxímetros en pulseras inteligentes
Las primeras pulseras inteligentes que incorporaron pulsioxímetros requerían que pusiéramos el dedo en el sensor de la pulsera para poder hacer la medición, como en el caso de la Pulse Ox de Withings. Sin embargo, los nuevos modelos que incorporan esta tecnología hacen la medición desde nuestra muñeca.
Cada compañía incorpora en sus pulseras diferentes sensores que tendrían la función de leer nuestro nivel de oxígeno en sangre, aunque en la práctica, el funcionamiento es similar al de los pulsioxímetros. Es decir, el nivel de oxígeno en sangre afecta a cómo absorbe la luz infrarroja y la luz roja de los dispositivos, gracias a lo cual se puede hacer el cálculo.
Para qué medir nuestros niveles de oxígeno en sangre
En parte, conocer nuestra saturación de oxígeno en sangre nos ofrece información sobre nuestra condición física. En personas sanas, respirando a nivel del mar, la saturación debería rondar el 95-100% de oxígeno en sangre. La altitud, especialmente las extremas, pueden afectar a estos niveles. Menos que eso puede ser señal de que algo no anda bien
Por otro lado, las personas con asma u otros problemas respiratorios pueden llegar a beneficiarse de tener un dato objetivo sobre sus niveles de oxígeno en sangre de manera que puedan mantener un mejor control.
Aquellos deportistas que suelen hacer deportes de altura como escalada o subidas a montañas muy altas,con grandes cambios de altitud, también suelen necesitar llevar un buen control del oxígeno en sangre para, en caso de que baje, poder tomar medidas al respecto.
Además, las personas con apnea del sueño también pueden beneficiarse de tener esta información a mano.
Podemos o no fiarnos de las mediciones
La gran duda que surge es cómo de fiable son las mediciones de oxígeno que hacen estas pulseras. La realidad es que se trata de una tecnología muy reciente y todavía no existen demasiadas investigaciones al respecto, pero existen algunos elementos que complican que nos aporten una información tan fiable como los pulsioxímetros médicos.
Por una parte, la información la toman de la muñeca, cuando las mejores zonas para tomar esa información son las puntas de los dedos o el lóbulo de la oreja. Esto, ya de primeras, aunque añade comodidad, restará un poco de fiabilidad.
Debemos tener en cuenta, además, que los cambios son pequeños y, por tanto, nuestra mejor opción es medirlos en partes del cuerpo donde el pulso se pueda analizar bien. La parte de arriba de la muñeca no es una de las mejores zonas del cuerpo para hacerlo y, por tanto, la lectura puede no darse bien o ni siquiera darse.
Además, para hacer una buena medición del oxígeno en sangre debemos estar quietos mientras el pulsioxímetro hace el análisis. Pequeños movimientos de la muñeca pueden alterar la lectura. Es por ello que si lo queremos para utilizarlo mientras hacemos deporte, las lecturas pueden ser un poco confusas o, al menos, nos obligará a pararnos.
Como ocurre con la medición de frecuencia cardíaca en las pulseras inteligentes, podemos esperar cierta falta de fiabilidad en las lecturas - algunas investigaciones encuentran que hasta en el 90% de las mediciones - debidas entre otras cosas al color de la piel. Y es que, dependen de algunas cosas como si nos movemos, en qué zona de la muñeca hayamos colocado la pulsera o si está bien pegada a nuestra piel, pero sin excederse.
Es por ello que, aunque se pueden utilizar de manera orientativa, si necesitamos hacernos con un pulsioxímetro por razones médicas, nuestra mejor opción sigue siendo hacernos con uno tradicional a la espera de ver si la tecnología de las pulseras inteligentes sigue evolucionando hasta igualar su fiabilidad.
Fuente: Vitonica
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