viernes, 5 de marzo de 2021

DJI FPV, análisis: pilotar un dron en primera persona es una experiencia como nunca antes

 


El nuevo dron de DJI promete un vuelo intuitivo e inmersivo como nunca antes, apoyándose en cuatro patas: la sensación de la vista en primera persona, el rendimiento de alta velocidad de los drones de carreras, unos resultados cinematográficos y un nuevo mando que nos permite pilotarlo solo con una mano (que se vende aparte).

La promesa es buena y el resultado también, aunque con algunos peros, como por ejemplo su precio: parte de los 1.349 euros.

Ficha técnica del DJI FPV




Diseño



Nada más abrir la caja de este DJI FPV nos sorprende el aspecto que tiene, y es que es muy distinto al resto de drones que tiene la marca a la venta. Nada que ver, por ejemplo, con el DJI mini 2 o con el DJI Mavic Mini. Pero tampoco tiene ningún parecido con otros drones de las serie Phantom.


En lo personal, me parece muy bonito gracias a ese acabado gris marengo en color mate, a su tamaño y a que cuenta con unas luces led en los laterales de las hélices, que además de ayudar a que se vea mejor, hacen que sea muy chulo.

Hablando de las hélices, tiene cuatro. De primeras vienen desmontadas y las tienes que colocar, pero es un proceso muy sencillo. Además, en el kit del dron te viene un juego de repuesto por si tienes algún incidente. Aquí hemos echado en falta que estas hélices se plegaran y se desplegaran como ocurre en el DJI Mini 2 porque ayuda mucho en el transporte.

Es un dispositivo muy compacto y deportivo. Pesa 795 gramos con la batería puesta y mide 19 x 23 x 13 cm

En la parte frontal se encuentra la cámara, de la que hablaremos más adelante, que viene protegida por una especie de capuchón.

Por la parte inferior encontramos los sensores que ayudan al dron a detectar obstáculos y un compartimento donde están la ranura para la tarjeta microSD y un puerto USB-C.


En la parte trasera es donde se encajan las baterías. Tanto su colocación como su extracción es muy sencilla. Y la propia batería sirve como patas traseras del dron para apoyarlo en el suelo antes de despegar. Y por último en la parte superior tenemos dos zonas para la refrigeración del dron.

Si eres de los que les gusta customizar sus dispositivos, en el kit que nos entregaron a nosotros viene una carcasa de color verde para cambiarla por la que viene incluida.

A parte de la propia aeronave y de su batería, el kit básico del DJI FPV trae unas gafas de visión en primera persona (de ahí las siglas FPV que significan first-person view) con su batería aparte, un mando y todos los cables necesarios. Eso sí, a nosotros nos venía un mando que se vende por separado para activar el modo motion controller. Pero vamos poco a poco y vamos a empezar hablando de las gafas.


Las gafas



Estas gafas de visión en primera persona son el principal reclamo de este dron, ya que lo que pretenden desde la marca es acercar la diversión y la emoción del FPV a más gente. Las gafas son algo aparatosas por sus dimensiones pero resultan cómodas porque no son nada pesadas, 420g.

Para poder utilizarlas con las máximas garantías te vienen con cuatro antenas para recibir mejor la señal y como hemos mencionado antes de pasada, la batería de estas gafas viene aparte, es decir, es una especie de power bank de 1.800 mAh a la que tienes que conectar las gafas, lo cual tiene un lado positivo y otro negativo. En primer lugar, el hecho de que la batería no esté integrada en las gafas facilita que su peso no sea muy alto y que por tanto sean más cómodas y manejables, pero por otro lado tener que estar enganchado con un cable a una power bank no es nada cómodo. Hubiera sido ideal otro tipo de solución.


Por lo demás, las gafas tienen tres botones: uno para movernos por los menús, otro para volver hacia atrás y un tercero para dar a grabar. También cuenta con sistemas de ventilación. Y en la parte inferior tiene dos palancas para ayudarnos a ajustar las lentes de las gafas a la distancia a la que están nuestros ojos.

El proceso de adaptación a llevar las gafas dependerá de cada persona. A mí al principio me costó un poco porque estás “obligado” a concentrarte solamente en la visión del dron y no en lo que hay a tu alrededor, y eso es lo mejor y lo peor de esta experiencia. Pero, en mi caso, una vez me acostumbré, empecé a disfrutar y fue muy impactante ir viendo en todo momento lo que ve el dron sin tener problemas de reflejos, ni distracciones de ningún tipo.

La pantalla de las gafas tiene una resolución de 1440x810, la cual me ha resultado más que suficiente para ver todo con muchísima claridad. Además, no hay problema de latencia ya que es de siete milisegundos (no lo notas para nada). Y por último, comentar que el motor de las gafas hace un poquito de ruido, pero cuando las llevas durante más de un minuto ni lo notas.


Los mandos



Vistas las gafas, vamos con el mando. El controlador que viene por defecto en el kit del DJI FPV es bastante similar al de otros modelos de la marca. Tiene dos joystick para controlar la aeronave, una antena, y en la parte superior tiene varios botones: el botón para iniciar y detener la grabación, un botón para seleccionar el modo de vuelo, de los que hablaremos más adelante, otro botón para forzar el aterrizaje automático y por último una ruedecita que controla la inclinación de la cámara. Ergonómicamente es un mando muy cómodo, muy fácil de utilizar y muy preciso.

Pero otro de los mayores atractivos de este dron es que cuenta con un segundo mando al que han bautizado como DJI Motion Controller para poder pilotar la aeronave solamente con una mano. Además, con él se activa un modo de vuelo que no está disponible con el primer mando. Según DJI, este modo mezcla la emoción del modo manual pero estando bajo control y desde la marca lo anuncian como el perfecto mando para iniciarse en el manejo de drones. Sin embargo, yo tengo sensaciones encontradas.

Para entenderlo empiezo explicando el funcionamiento de este controlador. A diferencia del primer mando que funcionaba con los joysticks, con el motion controller solo hace falta inclinar el mando hacia un lado o hacia el otro para que se mueva de manera lateral. Para subir o bajar solamente hay que mover el mando hacia arriba o hacia abajo y por último para avanzar hay que apretar el gatillo.


Aunque estos movimientos pueden parecer muy naturales, en mi experiencia me han resultado más caóticos, sobre todo al principio. El mando tiene mucha sensibilidad, de modo que cuando estaba empezando a usarlo el dron hacía movimientos que yo no quería. Pero esto, como todo en la vida, es cuestión de práctica y acabé dominándolo. Aunque en lo personal me quedaría con el mando tradicional. Ya se sabe, para gustos los colores.

Pero es que no acaba aquí, y es que con este mando he tenido muchos problemas para poder aterrizar el dron.

Para despegar el dron basta con hacer una pulsación corta y una larga al botón lock y si queremos que aterrice debería bastar con una pulsación larga de nuevo. Pues bien, en muchas ocasiones el DJI FPV no me respondía a este último comando, de modo que me he visto obligada a desactivar el motion controller y encender el primer mando para conseguir que bajase el dron. Esto puede ser porque la versión del firmware que yo he estado probando no es la definitiva, pero así ha sido mi experiencia.

Y para acabar con este mando comentar que no viene incluido en el kit básico y se vende por separado por un precio de 149 euros. ¡Ah! Y ambos mandos se cargar por USB-C.


La app


Ahora llegaría el turno de hablar de la aplicación, pero no va a ser posible en nuestro caso. Como hemos estado probando el DJI FPV antes de su lanzamiento oficial, la aplicación no estaba disponible para este dron.

Lo que podemos comentar es que es la misma aplicación que para el resto de sus aeronaves. Se llama DJI Fly y está disponible tanto en iOS como en Android. Por lo que nos ha comentado la marca tendrá funciones como “Buscar mi dron” en caso de que necesites saber dónde está la aeronave. Parece una función muy útil porque presumiblemente te mostrará en un mapa su ubicación y en las gafas se podrán ver los últimos 10 segundos del vídeo antes de la desconexión. ¡Una pena no haberlo probado!


Experiencia de uso



Dicho todo esto vamos con nuestra experiencia en general al volar el dron DJI FPV. Según la propia marca este dron está pensado para usuarios de drones que quieren probar la experiencia inmersiva que te ofrecen estas gafas, o para aquellos pilotos de drones FPV que además quieran grabar sus vuelos en 4K. En resumen, no es un dron para iniciarse en este mundo,

El periodo de adaptación al principio es un poco complicado porque llevar las gafas y estar tan abstraído de tu entorno es difícil. En mi caso, al principio me costaba no quitármelas porque necesitaba situar donde estaba el dron, en lugar de ver a través de sus “ojos”. Por otro lado, si estás volándolo sola o solo y te pones las gafas, no puedes estar pendiente de lo que te rodea y al principio es un poco inquietante.

Pero ojo, con esto no queremos decir que lo desaconsejemos, más bien lo contrario. Una vez le pillas el truquillo, vives una experiencia muy emocionante, e incluso diría que es una actividad cargada de adrenalina. Los de DJI consiguen lo que se proponen y logras tener una experiencia muy inmersiva, llegando al punto que si tienes vértigo puede que este no sea el dron para ti.

Respecto a los modos de vuelo tiene tres: normal, sport y manual. El normal es quizás el más aconsejable si estás empezando y si quieres tomas más cinematográficas ya que no coge tanta velocidad, se queda en unos 54 km/h como máximo. En mi caso es el que más he utilizado.


El modo sport te posibilita una experiencia más dinámica, con él puedes alcanzar los 97 km/h, pero sigue siendo un vuelo controlado porque está autoestabilizado.

Y en tercer lugar tenemos el modo Manual que da al piloto el control completo del vuelo. Este modo está pensado para personas con experiencia pilotando drones FPV, y recomendado para usar en zonas abiertas. Con él alcanzaríamos la velocidad máxima que puede tener este dron, es decir 140 km/h.

El control de los mandos, especialmente del que se coge a dos manos, es muy preciso y hace que sientas que tienes el control total del dron. A ese control también ayuda la información que ves a través de las gafas, en todo momento sabes qué batería tiene, cuántos satélites están disponibles (lo mínimo aconsejable son diez) así como la posición en la que tú te encuentras. Aunque estés muy lejos, el dron te marca con un H la posición en la que estás para que te sea más fácil orientarte.

Y muchos os preguntaréis, ¿qué pasa cuando se le acaba la batería? Pues a priori no pasa nada, es decir, no se va a desplomar hacia el suelo. El dron te avisa con el tiempo suficiente para que puedas volver al punto de despegue, y de hecho si tiene poca batería ni siquiera te va a dejar despegar.


A la hora de realizar el regreso al punto de partida puedes guiarlo tú o puedes pulsar el botón de regreso, y el dron hará solo el recorrido. Y he de comentar que esta función va mejor de lo que me esperaba, aunque si hay obstáculos como árboles y ramas, siempre es mejor controlarlo tú.

Respecto a la recepción de señal tengo que decir que en términos generales es sobresaliente, y tanto la comunicación entre el mando y el dron, como la que hay entre el dron y las gafas es muy estable. Pero ya se sabe el dicho de que siempre hay una excepción que confirma la regla y en mi caso, hubo una vez en la cual perdí la señal. ¿El motivo? Que llevé el dron muy lejos, tanto que entre él y yo había la ladera de una montaña. Así que mucho cuidado con dirigir el dron a zonas en las que haya obstáculos de por medio.


Cámara



Y acabamos con el resultado de la cámara. El sensor de esta cámara es de 12 MP, tiene un campo de visión 150º, una apertura f2.86 y consigue grabar tomas en 4K a 60 fps. Además, el sistema EIS RockSteady hace que el vídeo sea bastante fluido y estable.


Las imágenes que se logran grabar son muy buenas, la cámara del DJI FPV y su grabación en 4K consiguen unos resultados fantásticos. Se consiguen imágenes muy estabilizadas y gracias a que la recepción de la imagen es de tanta calidad y a que no hay latencia, puedes capturar imágenes muy precisas y de mucha calidad, es decir, a la hora de crear contenido es una chulada.


Autonomía



Terminamos este análisis hablando de la autonomía. En el kit básico viene incluida una batería de 2.000 mAh que nos proporcionará una autonomía de unos 20 minutos, que pueden variar si hay viento. Para cargar esa misma batería necesitaremos unos 50 minutos con el cargador que viene en la propia caja.

Sin embargo, tanto los mandos como la power bank que da vida a las gafas tienen una autonomía muy superior, pudiendo hacer tres vuelos seguidos sin cargarlos.

Lo cierto es que disponer de solo 20 minutos de vuelo se hace corto, y por ello nosotros aconsejamos tener al menos una batería más de repuesto, porque si te has desplazado a un punto en concreto para grabar o ver algo con el dron, esos 17-20 minutos se te van a pasar volando (nunca mejor dicho). Aunque todo tiene su precio y es que hay a la venta un kit DJI FPV Fly More, que incluye una segunda batería inteligente y un centro de carga especial, pero cuesta 279 euros adicionales.


DJI FPV, la opinión de Xataka



La elección del título de este análisis resume muy bien la experiencia probando este dron: es una experiencia como nunca antes. Si estás interesado en el mundo del dron y como a mi te gustaría volar este dron es una pasada, al igual que su precio porque no olvidemos que el set básico del DJI FPV cuesta 1.349 euros.

Si eres un usuario neófito y estás pensando en comprarte tu primer dron, quizás esta no sea la mejor opción. Sin embargo, si llevas tiempo usando algún tipo de dron, estás acostumbrado a los mandos y buscas tener el control total de la aeronave o por otro lado, quieres tener una experiencia muy inmersiva en el vuelo, el DJI FPV es una muy buena opción.


Fuente: Xataka

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