viernes, 29 de junio de 2018

Tecnoferencia, evita que la tecnología secuestre tu vida

¿Cuántas veces te has encontrado con una situación en la que tu comunicación con amigos, con tu pareja, e incluso con tus hijos, se ha visto interrumpida por el sonidito de notificación de un mensaje en el móvil? Seguro que te viene a la mente más de una. Pues este problema 2.0 ya tiene nombre, se llama tecnoferencia.

Esta palabra tiene su origen en los términos ‘tecnología’ e ‘interferencia’, y se define como todas aquellas interrupciones que se producen de manera reiterada en las relaciones cara a cara entre las personas, como consecuencia directa del uso de las tecnologías, como el teléfono móvil o el ordenador. Algunos expertos hablan de que se da esta situación cuando algún aparato de última generación secuestra nuestra atención entre 3 y 4 veces al día mientras estamos jugando con nuestros hijos o cenando con la pareja. Si tenemos en cuenta, que según una encuesta de Deloitte de 2017, chequeamos nuestros celulares una media de 47 veces al día, tal vez la tecnoferencia nos afecte más de lo creemos.

Los psicólogos advierten del aumento de las personas con adicción a los móviles –uno de cada 20 españoles ya sufre esta dependencia–, muchas de ellas menores de edad. Y es que, hemos pasado de usar estas nuevas tecnologías como un apoyo para comunicarnos o trabajar a utilizarlas en exceso debido a su facilidad de acceso y su multiplicidad de utilidades. Así, la tecnología en general y los smartphones en particular nos acompañan en el día a día, no los separamos de nosotros ni para ir al baño ni para dormir, ni mucho menos cuando estamos en una comida, aunque compartamos mesa con otras personas.

La conexión, la cercanía y la calidad de las conversaciones son peores si se tienen los móviles cerca y a la vista

Esta última costumbre –la de colocar los teléfonos encima de la mesa al comer o charlar con otros–, aunque no nos demos cuenta, tiene grandes implicaciones en nuestro comportamiento. Varios estudios, como los publicados en el Journal of Social and Personal Relationships y Environment and Behavior, revelaron que dejar el smartphone encima de la mesa tenía efectos negativos en la cercanía, conexión, y en la calidad de las conversaciones, y que en ausencia de estos dispositivos aumentaban los niveles de empatía entre los tertulianos.

Tecnoferencia, consecuencias en las relaciones de pareja e hijos


Aunque con ayuda de Internet o las redes sociales es posible hasta encontrar pareja de manera fácil y rápida, también son muchas las relaciones que se han roto por excederse en su uso. De la tecnoferencia no se libra ni el amor, y es que preferir utilizar el móvil a estar con la otra persona –un fenómeno conocido como phubbing– multiplica las discusiones y genera infelicidad en la pareja, según dos estudios publicados en la revistas Psychology of Popular Media Culture y Computers in Human Behavior.

Los niños también están siendo víctimas del abuso de la tecnología por parte de sus padres, y consideran los dispositivos electrónicos como un competidor con el que disputar su atención, lo que puede provocar un mal comportamiento en el pequeño, que manifestaría más rabietas o conflictos con el fin de ser escuchado y tenido en cuenta, como recoge un estudio publicado en la revista Pediatric Research.

Si los hijos ven que los padres utilizan a todas horas los móviles, tenderán a imitarles.

Durante la infancia y la adolescencia es importante estar atentos a los hijos y prestarles apoyo emocional cuando lo necesiten, y muchas veces los progenitores no lo hacen por estar inmersos en las tecnologías. Además, usar el teléfono mientras se está a cargo de un niño aumenta un 10% el riesgo de accidentes en la infancia, según han declarado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Otro de los riesgos de que los progenitores estén pegados al móvil o al ordenador –ya sea por motivos de trabajo o por decisión propia–, es que los niños pueden desarrollar problemas de socialización a largo plazo, pues aprenderán de la actitud de sus padres en relación a las tecnologías, y tenderán a imitarlos pensando que se trata de una conducta normal.

Consejos para evitar la tecnoferencia en tu día a día


Al igual que ocurre con otro tipo de adicciones, como el alcoholismo o la ludopatía, los niveles de dopamina aumentan en nuestro cerebro cuando utilizamos las tecnologías, especialmente en el caso de los smartphones, ya que necesitan una interacción mayor. Si quieres evitar que este tecnoenganche dañe tu relación con los demás toma nota de los siguientes consejos:


Evita tener al lado el teléfono móvil en las comidas, cenas y reuniones con amigos, pareja o familiares. Así la conversación será mucho más fluida y no tendrá parones ni distracciones de ningún tipo; todos seréis partícipes de lo que se habla y demostraréis que os interesa la compañía de los demás. Podéis hacer el juego de los smartphones, que consiste en guardarlos todos y el primero que lo consulte debe pagar la cuenta. Seguro que es más interesante lo que te cuenta tu amigo de toda la vida que la notificación pendiente de ese seguidor de twitter al que no conoces de nada.






Zonas de la casa libres de tecnología. Elige unas partes de tu hogar en las que no estará permitido utilizar ningún tipo de tecnología; una recomendación es que el dormitorio esté dentro de ellas, porque así conseguirás un sueño reparador, sin distracciones de ningún tipo. Si has pensado en la excusa de que tienes el despertador en el smartphone, tranquilo, opta por un reloj de pila al estilo vintage. La habitación de juegos de tus hijos debería ser otra de ellas, desconecta el wifi y disfruta con ellos.








Pide permiso y discúlpate por usarlo.
Si por motivos de trabajo o por una situación especial tienes que tener a mano el teléfono o usarlo, házselo saber a los que te acompañan, así no pensarán que su compañía te aburre.















Practica el detox digital. De vez en cuando deja a un lado todas las tecnologías, imponte horarios de uso, o escápate a la naturaleza para practicar actividades tan placenteras como los baños de bosque; eso sí, mejor si lo haces en una zona donde no haya cobertura para evitar caer en la tentación de coger el móvil.

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