Si nos remontamos algunos años atras, a la década de los ochenta o noventa, podríamos decir que la tercera dimensión se veía como algo fuera de este mundo. La posibilidad de tener esa tecnología en la sala de televisión de tu casa parecía inimaginable, pero ahora el desenlace no es para nada alentador.
Luego de que LG y Sony fueran los últimos fabricantes en construir televisores con esta tecnología, las compañías de la industria se han dado por vencido ante una de las novedades que más prometían tener un gran boom en la última década.
No obstante, este tipo de imagen se ha visto afectada por una gran cantidad de variantes, los lentes eran caros, se necesitaba un reproductor especialmente habilitado para 3D, los títulos eran más costosos que el resto en calidad estándar y, por supuesto, se necesitaba un televisor donde pudieras verlo.
Algunos de los primeros títulos en 3D no estaban disponibles para reproductores caseros, incluso ni siquiera habían llegado a México a las salas de cine; se mostraban en parques de diversiones como Disneyland o SixFlags en la década de los años noventa.
A mediados de la década pasada, las productoras encargadas de realizar películas comenzaron a experimentar con este tipo de imagen, generalmente con cintas de acción y aventura donde las escenas tenían mucho movimiento y las criaturas fantásticas salían de la pantalla. Entre ellas estaban Avatar de James Cameron o Transformers de Michael Bay, dos de los directores mejor conocidos por gastar a borbotones el dinero en la producción de películas de ciencia ficción y aventura.
Por otro lado, ver una cinta completa con los lentes de 3D puestos todo el tiempo podía ser sinónimo de dolores de cabeza o incluso mareos, la gente va al cine a disfrutar de la película no a sufrirla.
¿Una llamada de atención para la realidad virtual?…tal vez. Esta tecnología debe de aprender de los errores del 3D y hasta el momento no se ve que tengan mucha humildad para verlos. Si bien, la realidad virtual aún tiene un largo camino por recorrer, es ahora cuando se deben de sentar las bases para construir una plataforma accesible para los usuarios, cosa que no hemos visto hasta ahora. Todos los equipos para utilizar esta “nueva” tecnología están por demás fuera del alcance del usuario promedio ya que los costos son altísimos.
Incluso siendo una plataforma pensada desde un inicio para videojuegos, la realidad virtual tiene ciertas limitantes, con las cuales los fabricantes tendrán que luchar por mejorar si no quieren cavar su propia tumba como el 3D.
La tecnología 3D nunca despegó como se planteó, las ventas de películas en este formato han sido bajas desde el principio y las productoras cada vez le ponen menos atención. Sin lugar a dudas, no hay como ver un cinta preocupándote por comer más palomitas que por lo dolores de cabeza que te pueden dar. Descanse en paz el 3D.
Fuente:https://www.unocero.com/
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