viernes, 18 de marzo de 2022


Llevamos una cámara estupenda con nosotros todo el día: nuestros móviles son desde hace tiempo menos teléfonos y más dispositivos fotográficos, pero hay quien sigue intentando darle un giro a este segmento. Lo demuestra la Paper Shoot Camera, una singular cámara con un enfoque distinto al tradicional.

Esta cámara presume de ser más respetuosa gracias al uso de unas simpáticas carcasas intercambiables hechas de cartón. En ella no encontraremos pantallas táctiles o controles avanzados: estamos ante un dispositivo que además le da un acabado "analógico" a las fotos. No quiere competir en calidad o prestaciones con tu móvil o cámara digital, sino complementarlos.


Fotos con otro toque


Estamos ante una cámara digital equivalente de una con película de 135 mm. Su sensor tiene una resolución de 16 Mpíxeles y una apertura f/2.0. Cuenta con ajuste automático de la exposición, el balance de blancos y el enfoque, y eso permite que el usuario no tenga que preocuparse de nada para sacar fotos incluso por la noche (y sin flash).

Hay cuatro filtros nativos: color, monocromo, sepia y "cool tone". Los resultados son desde luego diferentes y añaden cierto grano y cierto aspecto de cámara analógica, como puede verse en la cuenta de Instagram de este fabricante.

Además de las fotos tambien puede grabar vídeo de forma limitada: solo clips de 10 segundos, que además necesitarán que conectemos la cámara a una batería externa.

La experiencia fotográfica es también distinta a la que por ejemplo tenemos en nuestros móviles: no hay pantalla en la que poder ver qué queremos capturar, ni tampoco ajustes avanzados: básicamente hay un pequeño interruptor para elegir el filtro y un botón de disparo.

El visor óptico es, en esencia, un agujero que nos permite saber cómo va a ser el encuadre de la toma, que además tarda en hacerse unos instantes y no es tan instantáneo como el que podemos obtener en otras cámaras.

Eso no la hace especialmente adecuada para fotos en las que queramos captar objetos en movimiento en un momento proceso —por ejemplo en actividades deportivas—, aunque incluso en esos escenarios los resultados probablemente sean llamativos.


La cámara (la placa, a la derecha) se inserta en la carcasa —en este caso transparente— y se ajusta con una serie de tornillos.

La cámara funciona captura las fotos en una tarjeta SD (acepta modelos de hasta 32 GB) y funciona con pilas AAA convencionales —recomiendan recargables—, y para ver los resultados tan solo tendremos que extraer esa tarjeta SD para insertarla en nuestro ordenador o conectar la cámara al PC mediante un cable con conector Micro USB.

Las carcasas no son del todo baratas, pero lo cierto es que hay diseños de lo más curiosos.

La cámara es de hecho una placa con el sensor integrado en ella —recuerda a las Raspberry Pi— y lo que hacemos es "insertar" esa cámara en las distintas carcasas, que tienen todo tipo de diseños y que se pueden comprar por separado para darle un aspecto original y divertido a esta cámara según la ocasión.

La idea no es del todo nueva: su creador, un emprendedor taiwanés llamado George Lin, ya lanzó en el pasado este desarrollo con el nombre de CROZ, aunque en aquel momento el sensor era de tan solo 5 Mpíxeles.


Los filtros y el acabado final de las fotos es llamativo, y aunque es cierto que podemos conseguir resultados similares con diversas aplicaciones móviles, la Paper Shoot Camera tiene su encanto.

Ahora existen ediciones evolucionadas de las CROZ en forma de nuevas carcasas, pero es que de hecho ya habíamos visto una cámara de este tipo en el pasado: la IKEA KNÄPPA de 2012 precisamente era un concepto idéntico que parece que en Paper Shoot Camera han sabido reaprovechar.

Las cámaras tienen un precio de 120 euros y se pueden encontrar en diversos países, incluido España. Hay además accesorios disponibles en forma de distintos objetivos, pero sobre todo en lo que se refiere a las citadas carcasas.


Fuente: Xataka

No hay comentarios:

Publicar un comentario