Entre las superficies donde habitan los gérmenes, la del smartphone es una desproporcionadamente afectada. Se aconsejan distintas maneras de higienizarlo.
Entre las precauciones que se aconsejan tomar como básicas para prevenir la expansión del coronavirus lavarse las manos correctamente es central, y también importa desinfectar las superficies y tratar de no tocarse la cara. Pero una de las superficies que con más frecuencia tocan los dedos y roza la cara es el teléfono, que los científicos han advertido que puede albergar microorganismos como el estreptococo de las anginas, la bacteria resistente SARM y hasta E. coli.
Un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres descubrió, en 2011, que uno de cada seis smartphones guardaba bacterias de la materia fecal humana. Y esos teléfonos luego iban —siguen yendo— al escritorio donde la gente trabaja, a la mesada de la cocina, a la cara. Si bien es inofensiva una cantidad determinada de microorganismos en las superficies, por el uso que se les da a los teléfonos tienden a recoger muchos más en proporción. Las manos colaboran: los toman luego de tocar objetos como la barandilla de las escalaras del transporte público, los interruptores de luz, las pantallas de los cajeros automáticos, los teclados de las computadoras.
“Los teléfonos son dispositivos móviles de gérmenes”, dijo Charles Gerba, profesor de microbiología de la Universidad de Arizona a Mic. “Tienes gérmenes en tus manos y usas el teléfono. Luego vas, te lavas las manos. Pero los gérmenes permanecen en tu teléfono". El resultado: estadísticamente un smartphone es siete veces más sucio que un baño, sintetizó USA Today.
Según Según Asurion, una aseguradora de dispositivos tecnológicos, el estadounidense medio mira su teléfono una vez cada 10 minutos, es decir unas 96 veces cada día. El mismo habitante promedio de los Estados Unidos, en cambio, se lava las manos unas 8,6 veces por día.
“Somos una generación que toca más superficies que cualquier otra en la historia", siguió Gerba. “Por lo tanto, todo el tiempo estamos recogiendo gérmenes con nuestras manos y nuestros dedos, y los ponemos en el celular, y luego los llevamos cerca de la nariz, la boca o los ojos”.
Según Susan Whittier, directora de microbiología clínica del Centro Médico de la Universidad de Columbia, “las bacterias normales que se transfieren a las mejillas o las orejas no son preocupantes. Pero si alguien tose en su teléfono, esos virus pueden vivir en esas superficies durante horas y se pueden transferir a otros”, dijo a USA Today.
Un paño de microfibra, alcohol al 70% e hisopos son elementos comunes con los que se puede contar para mantener limpios los teléfonos. Samsung recomienda limpiar a diario sus dispositivos con un trapo suave y sin pelusas, y una vez por semana pasarle un trapo húmedo; Apple sugiere no usar limpiadores que puedan dañar la cobertura de sus iPhones, sino simplemente un paño. Ninguno recomienda toallas de papel, ya que pueden dañar las superficies.
Últimamente los teléfonos resistentes al agua han comenzado a proliferar, a medida que los fabricantes se preocuparon por la incapacidad que tenían estos dispositivos de sobrevivir a una inmersión. Por ejemplo, Google Pixel 3 XL, iPhone XS y Samsung Galaxy S9, entre otros modelos populares, son resistentes al agua. En ellos se puede utilizar una solución de limpieza casera, hecha con alcohol al 70% y agua destilada, que se coloca en un pulverizador. Es la que emplea Gerba para desinfectar su teléfono dos veces al día. Tras rociar el aparato, se lo puede limpiar con hisopos de algodón; la solución se irá evaporando y, si se lo desea, se podrá terminar la tarea con su paño.
Con aquellos dispositivos que no son resistentes al agua conviene utilizar toallitas limpiadoras que indiquen expresamente que son seguras para electrónicos, incluyendo smartphones. Se pueden usar para la pantalla y la parte trasera del aparato.
Para los que tengan exigencias mayores, en internet se puede conseguir por USD 60 un producto que emplea luz ultravioleta para eliminar el 99,9% de los gérmenes de un teléfono: PhoneSoap requiere 10 minutos de operación y, mientras tanto, carga el dispositivo.
Por último, la fundas protectoras de teléfonos más comunes son perfectamente lavables con agua y jabón: sean de plástico, de goma o de silicona, los estuches se pueden poner bajo una canilla y fregar con detergente de platos. Las de madera, en cambio, necesitan una solución de agua y vinagre blanco que se pulverice; también las de cuero requieren cuidado especial, como un trapo húmedo o un limpiador especial para cuero.
Fuente: Infobae
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